4 PASOS
Para aliviar el
DOLOR CRÓNICO
El dolor musculoesquelético crónico en un inicio requiere manejarse con analgésicos (medicamentos, agentes físicos o procedimientos fisiátricos). El alivio permitirá lograr el siguiente paso, que es el ejercicio terapéutico para tratar la disfunción articular, lo cual no se podrá hacer si estás con mucho dolor. Además se deben evitar los alimentos pro-inflamatorios, y los factores estresantes que perpetúan el dolor.
PASO 1.
Disminuye el dolor con medicamentos o agentes físicos.
El dolor es un signo de alarma de nuestro cuerpo, avisándonos de que algo no está funcionando adecuadamente y requiere atención. Sin embargo, puede interferir con el paso 2, que son los movimientos para restablecer la función articular y muscular.
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Por ello, es conveniente atenuar el dolor con fármacos que se venden sin receta médica, tal como antiinflamatorios no esteroideos o analgésicos como el paracetamol. Además puedes usar agentes físicos, como las compresas tibias o frías, baños o chorros de agua caliente, sauna, o el masaje que brindan alivio temporal.
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Los medicamentos y agentes físicos para el dolor crónico son solo "calmantes", pero son fundamentales para iniciar el Paso 2.
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Si su dolor es severo, y no mejora con estas medidas sencillas, debe acudir a un Médico Especialista en Medicina Física y Rehabilitación (Médico Fisiatra) para que le prescriba analgésicos o antiinflamatorios más potentes, relajantes musculares, o que le realice procedimientos invasivos tales como las infiltraciones o bloqueos paraespinosos, los cuales son muy efectivos para aliviar el dolor.
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El Médico Fisiatra también podrá prescribir agentes físicos para el alivio del dolor, los cuales deben ser aplicados por un Fisioterapeuta (Tecnólogo Médico Licenciado en Terapia Física), tal como la electroterapia, ultrasonido, o laserterapia. La dosis y una aplicación realizada por un profesional competente son fundamentales para un tratamiento exitoso.
PASO 2.
Realiza ejercicios terapéuticos.
Hay que diferenciar el "ejercicio" del "ejercicio terapéutico".
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Ejercicio. Es el movimiento destinado a mantener o mejorar la salud de una persona.
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Ejercicio terapéutico. A diferencia del anterior, es el movimiento destinado a RESTABLECER la salud, que ha sido deteriorada por alguna enfermedad. Si tienes dolor crónico, debes hacer ejercicios terapéuticos para estirar los músculos contracturados y estabilizar las articulaciones inflamadas.
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Se deben utilizar medicamentos o agentes físicos propuestos en el Paso 1 para iniciar los ejercicios terapéuticos ¿Por qué? Porque te habrás dado cuenta de no podrás estirar tus músculos ni ejercitar tus articulaciones adecuadamente, sobre todo si estás con mucho dolor.
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De este modo rompemos el circulo vicioso, en donde el dolor restringe la movilidad, y la falta de movilidad produce mayor contractura muscular y disfunción articular. A medida que baje el dolor, irás descontinuando los medicamentos y los agentes físicos.
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Intente hacer los ejercicios solo, y vaya aumentando en forma gradual para evitar recaídas.
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Si no lo puedes hacer solo, acuda a un Médico Fisiatra para que lo evalúe, prescriba medicamentos más y supervise el tratamiento con ejercicios terapéuticos, los cuales DEBEN SER REALIZADOS y dirigidos por un Fisioterapeuta Calificado y no por personas empírico.
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A medida que se descontracturan los músculos y empieza a estabilizar sus articulaciones con el ejercicio, el dolor va a seguir disminuyendo y ya no va a necesitar estar tomando medicamentos para el dolor.
PASO 3.
Evita los alimentos que producen inflamación crónica y la obesidad.
Evita la harina y el azúcar. Las harinas y el azúcar en exceso condicionan inflamación, lo cual puede incidir sobre el dolor crónico sobre todo si se consumen en exceso. Además favorecen la obesidad, lo cual agrava el dolor de la columna y otras articulaciones por la sobrecarga mecánica debido al sobrepeso.
Lo que la mayoría de médicos y personas no conoce, es que hay muchos alimentos aparentemente saludables que originan inflamación y dolor.
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El gluten. Uno de los los factores más conocidos que producen inflamación es el gluten, una proteína presente en los cereales como el trigo, la cebada y algunas variedades de avena. Evita comer los alimentos derivados de estos cereales.
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Las lectinas. Hay otras proteínas inflamatorias similares al gluten y que se conocen como las lectinas, presentes en otros alimentos basados en plantas como en los frijoles, lentejas, maní, y en la cáscara y semillas del tomate o la berenjena, entre otros. Si no se cocinan adecuadamente o se consumen en exceso, pueden dar lugar a inflamación rebelde al tratamiento usual. La solución es dejar de consumirlas.
PASO 4.
Corrige los factores perpetuantes del dolor.
De nada sirve los pasos anteriores, si no se corrigen los factores perpetuantes de la contractura y la disfunción articular, tales como el sedentarismo, la mala postura o el estrés.
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Sedentarismo. Nuestro sistema musculo-esquelético está diseñado para moverse, las posturas estáticas sostenidas producen hipotrofia muscular y desgaste articular por falta de movimiento.
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Es muy común tener pacientes que nos preguntan: "¿Por qué me duele?", "¿Por que me he dañado?", "Si no he hecho nada..."
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Precisamente, NO HACER NADA es lo perjudicial. El sedentarismo es uno de los factores de la vida moderna que esta produciendo esta pandemia de trastornos musculoesqueléticos. La lumbalgia o dolor de espalda baja es la principal causa de discapacidad en el mundo, y la cervicalgia o dolor de cuello, y otros dolores articulares están dentro de las cinco primeras. Si trabajas en una oficina, debes hacer pausas activas, es decir 10 minutos de estiramiento y movimiento por cada dos horas de trabajo sentado. Seamos sinceros, la mayoría usamos ese tiempo de pausa para ver videos tontos en nuestro teléfono inteligente o para revisar nuestras redes sociales.
Subestimamos la importancia del movimiento en el tratamiento y prevención del dolor muscular articular y óseo.
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Mala postura. Al trabajar, estar sentado o parado, no cabe duda que estas perpetúan las contracturas, las disfunciones articulares y por lo tanto, hacen que las personas persistan con dolor.
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Estrés. La tensión o las preocupaciones también aumentan las contracturas musculares y agravan la sensación dolorosa. Si no las controlas adecuadamente, persistirás con dolor.
Paso a paso, aliviamos el dolor crónico
Advertencia:
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Si no tienes ninguna enfermedad, puedes seguir nuestras recomendaciones paso a paso.
Son bastante seguras y han sido verificadas médicamente por el autor del sitio.
Sin embargo, siempre es aconsejable estar bajo una supervisión médica.
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En el caso de tu dolor sea muy severo, y te dificulta moverte o realizar actividades, o tienes alguna enfermedad tal como la diabetes mellitus, trastornos cardiovasculares, cáncer, insuficiencia hepática o renal, trastornos gastrointestinales, ansiedad o depresión, etc. o eres adulto mayor o menor de edad, es imperativo que tengas un seguimiento médico.
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